26 de julio 2021 – “Debemos estar atentos a la creciente amenaza que el green washing representa, o corremos el riesgo de relegar el progreso hacia la sostenibilidad que con tanto esfuerzo ha sido construido” – expresó Al Gore, ex vicepresidente de Estados Unidos, fundador y presidente de la Alianza para la Protección de Clima; cofundador y presidente de Generation Investment Management.
Generation Investments, gestora de fondos que integra el análisis de la sostenibilidad de manera central en su toma de decisiones, publicó su quinto Informe sobre las tendencias en la transición hacia una economía sostenible. El reporte se basó en más de 200 fuentes para definir los puntos de inflexión clave en el cambio hacia la sostenibilidad, desde la adopción generalizada de compromisos de emisiones netas cero, hasta acciones en pro de la diversidad, equidad e inclusión, el surgimiento de tecnologías limpias y soluciones naturales. Como lo expresó Gore durante el Bloomberg Green Summit 2021, el reporte hace un especial énfasis en el riesgo que el green washing representa para lograr una verdadera y exitosa transición hacia economías bajas en carbono.
Dentro de las conclusiones clave del informe, cabe subrayar los siguientes puntos:
- A nivel global, los flujos de fondos relacionados con la sostenibilidad del sector financiero se triplicaron en los últimos cinco años y se prevé que más del 6% de los volúmenes de capitalización del mercado mundial se muevan hacia la economía verde, frente al 2% en 2015.
- Desde 2015, el mercado de inversiones en fondos ambientales, sociales y de gobernanza se ha multiplicado por diez.
- Durante el mismo período, la emisión de deuda sostenible se ha multiplicado por ocho y el flujo de acuerdos de capital privado y de riesgo en las áreas de sostenibilidad se ha duplicado.
- En la actualidad, los estados cuyo PIB representa 3/4 partes del producto mundial han hecho compromisos nacionales de alcanzar emisiones netas cero.
Sin embargo, el reporte también hace notar que aún muchos gobiernos y empresas carecen de compromisos de emisiones netas cero y planes de acción a corto plazo, además de que existe una creciente inquietud por la baja calidad de algunos de los compromisos debido a la enorme brecha entre objetivos y acciones reales. Adicionalmente, más de la mitad del PIB mundial, unos 44 billones de dólares de valor económico, se encuentra en riesgo moderado o severo debido a pérdidas o cambios en la naturaleza.
El 2020 fue un año de enormes oportunidades para la inversión sostenible, como atestiguan los enormes y sin precedentes flujos de capital hacia bonos verdes y energías renovables. Sin embargo, no abordar el green washing de manera decisiva obstaculiza acciones reales y efectivas en pro de una economía global más sustentable. En palabras de Al Gore: “el tiempo para celebrar metas de emisiones netas cero vagas y distantes ya pasó, ahora los inversionistas necesitan claridad sobre cómo las empresas convertirán las metas en acciones”.
Grandes esfuerzos en el despliegue de soluciones de sostenibilidad aún son necesarios para evitar el aumento de la temperatura global a más de 1.5 grados Celsius por encima de las temperaturas preindustriales. Esto significa que el desarrollo de infraestructura y tecnología sostenible que se traduzcan en acciones claras y concretas resulta fundamental. Los grandes emisores de GEI deben incrementar sus ambiciones climáticas con renovada credibilidad y urgencia.
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