La importancia de dar visibilidad y voz a los Pueblos Indígenas y las Comunidades Locales no puede subestimarse, especialmente en un momento crítico para la conservación del medio ambiente. Aunque representan menos del 5 % de la población global y gestionan menos de la mitad de las áreas terrestres y un tercio de las aguas continentales, estos grupos han conseguido proteger el 80 % de la biodiversidad del planeta, según las “Recomendaciones del TNFD (Taskforce on Nature-related Financial Disclosures)” y la “Guía sobre el compromiso con los pueblos indígenas, las comunidades locales y las partes interesadas afectadas” desarrollada también por el TNFD. Además, la pérdida de biodiversidad en tierras indígenas ocurre un 30 % menos y a un ritmo un 30 % más lento que en otras áreas. Sus conocimientos tradicionales, transmitidos a través de generaciones, son una fuente invaluable de prácticas sostenibles que pueden y deben ser replicadas a nivel global.
En un mundo donde la explotación intensiva de los recursos naturales amenaza la estabilidad ecológica, las prácticas indígenas ofrecen una alternativa que equilibra el uso de los recursos con la preservación de los ecosistemas. Estas prácticas no solo aseguran la supervivencia de sus comunidades, sino que también proporcionan un modelo sostenible que puede ser adoptado por industrias y sectores financieros para minimizar su impacto ambiental.
Es crucial que las empresas, gobiernos e instituciones financieras reconozcan y valoren este conocimiento ancestral. Incluir a los Pueblos Indígenas en la toma de decisiones no es solo una cuestión de justicia social; es una estrategia esencial para la sostenibilidad a largo plazo. La participación significativa de estos grupos en el diseño y la implementación de políticas ambientales puede enriquecer las soluciones a los desafíos actuales, ofreciendo enfoques que son profundamente respetuosos con la naturaleza.
Además, replicar estas prácticas sostenibles a nivel industrial y financiero puede transformar sectores que históricamente han contribuido a la degradación ambiental. Por ejemplo, la adopción de métodos agrícolas tradicionales, que preservan la biodiversidad y mantienen la fertilidad del suelo, podría revolucionar la agricultura moderna, haciéndola más resiliente frente al cambio climático. De igual manera, el sector financiero puede integrar criterios basados en estos conocimientos para evaluar y financiar proyectos que sean verdaderamente sostenibles.
No obstante, la estrecha relación de los pueblos indígenas con la naturaleza, motivada por razones culturales, sociales y espirituales, así como por la necesidad de utilizar los recursos naturales como fuente de alimento, agua y refugio, los hace especialmente vulnerables a los efectos negativos derivados de la degradación ambiental. Darles visibilidad y asegurar que sus voces sean escuchadas no es solo un acto de reconocimiento de sus derechos, sino una necesidad urgente para el bienestar del planeta.
Es por eso que, la protección y promoción de las prácticas sostenibles ancestrales, los conocimientos y la guía en esta materia deben ser una prioridad en cualquier agenda ambiental global. El liderazgo en la conservación de la naturaleza puede guiar al resto del mundo hacia un futuro más equilibrado y sostenible, donde el respeto por la naturaleza sea prioridad en todas las decisiones y en todos los sectores, desde la industria hasta las finanzas.
Autoría: María José Arsuaga
Referencias:
TNFD. (septiembre de 2023). Guidance on engagement with Indigenous Peoples, Local Communities and affected stakeholders. Obtenido de https://tnfd.global/wp-content/uploads/2023/08/Guidance_on_engagement_with_Indigenous_Peoples_Local_Communities_and_affected_stakeholders_v1.pdf?v=1695138220
TNFD. (septiembre de 2023). Recomendaciones del Grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Financieras Relacionadas con la Naturaleza. Obtenido de https://tnfd.global/wp-content/uploads/2023/08/Recomendaciones-del-Grupo-de-Trabajo-sobre-Divulgaciones-Financieras-Relacionadas-con-la-Naturaleza.pdf?v=1718113955